Empezó una tarde como otra
cualquiera
Que se encerraba sola en su cuarto.
Con todo su universo ¡ay! Detrás
de un teclao.
“Soy David, si tu quieres
puedes agregarme,
Toa las tardes estoy para
charlarte,
Dame tu foto y te hago una
poesía.
Te envidiarían, te envidiarían
Las de tu clase cuando lean
las cosas
Que yo te diría”.
Y ella se fue enamorando y le
envió el retrato como le decía
Y toas las que le fue
pidiendo, algunas más provocativas.
Un día para su amargura, su
amigo la amenazaría
O manda una foto desnuda, o
cuelgo toas las tuya
¡Qué se rían!
Hace tiempo que no sabe de
este infierno cual es la salida,
Denunciarlo o contarlo a sus
padres, o tragar o quitarse la vida.
Maldita se la tarde aquella,
la tarde que tocó el teclao
Jugando a ser nuevos amigos,
le cruzó el destino
Con el diablo.
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