Ya se fue el doctor, sobre su cama se sentó mientras pensaba.
No podía ocurrir que siendo conde iba a morir
Y su dinero ahora no sirve de nada.
Le echó un vistazo a su habitación y vio el imperio que un día
levantó;
Vio todo el lujo de su gran mansión,
Y lo vacía que estaba de amor.
Aquel amor que le tuvo su esposa y que el no supo darle
Porque prefirió vivir su vida sin contar con ella y con sus
herederos.
Y se dio cuenta que por esa vida a todos los suyos un día los
perdió
Que era tan pobre que sólo tenía poder y dinero.
Pensó en las veces que faltó en la infancia de sus cuatro
niños,
Y que llenó sus manos de abundancia y no de cariño.
Hoy que la muerte se sentó en su cama y le lanzó este guiño
Con el miedo y entre lágrimas se arrepintió.
Dando su último aliento tuvo que apoyarse sobre su almohada,
Y preso de ese miedo esperó su hora mientras deseó
Darle marcha atrás al tiempo y cambiarlo todo,
Poder hacer las cosas de otro modo.
Y aunque muriera pobre así por lo menos no moría solo.
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