Aún recuerdo
la mañana cuando noviembre llegaba
Y te dieron
en mis brazos.
Solo con
mirar tu cara por fin lograba endulzar mi sueño amargo.
Yo nunca
sentí en el vientre ni siquiera un pataleo,
Mis nueve
meses, por desgracia, no existieron.
Pero aún
recuerdo la mañana de noviembre
Cuando, tan
solo con verte, se cumplieron tantos sueños.
Recuerdo verte
crecer, saltar, correr y darme el beso por las buenas noches.
Recuerdo y
he sufrío tus dolores, los Reyes cargados de ilusiones,
Castigos después
de discusiones.
Te he sentío
como nadie, como nadie te he querío.
Quién haya
criado a un hijo, si miento, que venga y hable.
Sólo por
haber parío no es suficiente motivo para llegar a ser padre.
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