¿Para qué quieres princesa mía el alma,
como una Virgen limpia y libre de pecao, si los besos más bonitos que se
guardan, son los que se han robao? ¿Y qué pobre diablo te contó la gran
mentira, de qué el dinero no da jamás la felicidad? ¿Quién te lo contó que
diablo más pobre sería? O que poco te quería dar.
No resistas la tentación, no, no, no, no y
no le temas a Dios que conmigo no puede. Y como no hay piedras en el cielo,
sobre la tierra no podrán caer. Sobre la tierra no hay más que dolores y miedo
ha ganar, ha vivir, ha morir y ha perder.
El bien es tan aburrido que hasta los
buenos parecen tontos del tó. El mal es más divertido, por eso en el mundo el único
príncipe soy yo. El bien es lo que te enseñaron para ser un esclavo al servicio
de los demás. El mal te sale del alma y es la manera más humana de sentir la
libertad.
En el mal no existe derrota (y el amor) no
puede parar (y el amor) el mal no pasa de moda (el amor) el mal no tiene final.
El mal se asoma y se esconde y se disfraza de bien. El mal es la obra del
hombre porque no hay demonio más grande que él.
No resistas la tentación no, no, no, no y
no le temas a Dios que conmigo no puede.
De tanto como me han dicho que soy el
demonio me he convertido de pronto en el príncipe del mal. Y me he vestío de
fiesta para llamar a tu puerta por carnaval. Para llamar a tu puerta, por
carnaval.
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