Las siete y
hace frío, pero ya se levanta
Y envuelve a su
niño cogiendo una manta.
Es una condena
tener que tocarlo
Pues siente con
pena que va a despertarlo, que va a despertarlo.
Lo aprieta a su
cuerpo y va pá casa los abuelos,
Aligera que no
quiere llegar tarde pal currelo.
Y mientras que
lo lleva otra mañana va mirándolo a la cara
Y va pensando
pa sus adentros, a sus adentros.
Si un día
entenderá por qué su madre
Tiene que
mortificarle su mejor sueño.
Por qué debe
sacarlo del calor de su cunita
Y que es eso
del trabajo que su madre necesita.
Por qué no
puede quedarse hasta que llegue la mañana
Despertar en su
propia casa cuando salga el solecito.
Y por qué desde
la cuna la desgracia, la fortuna
De ser pobre o
de ser rico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario