Cuando los doctores le
dijeron a mi madre que sería
Un chaval disminuido,
contestó mi madre:
“No lo entiendo, pues
para mí no hay un niño tan bonito como el mío”.
A mi padre lo miró a la
cara y le dijo
“Picha mía, Paco al que
le toca le toca hagamos de nuestro hijo la razón de cada día”
No consintió que me viera
diferente ante talas de más,
Sepultaba mis temores a
la hora de jugar,
Consiguió que me riera
si caía al tropezar.
Se le plantó que consiguiera
estudiar, que intentara una carrera
Siendo pá mi una yincana
el camino de la escuela.
Con lluvia, con viento,
con frío pá una madre no hay barreras.
Aunque ella se
mantuviera codo con codo nunca me prestó su ayuda
Sin pedirme: “¿Por qué no
lo intentas tu sólo?”
Aunque ella se
mantuviera codo con codo,
Me marcó como misión que
era en mí sentirme útil ante todo.
Jamás me la vi llorando delante
mía,
Su cara ante mí era
fuente de alegría.
“…” así las lecciones
sin querer de paciencia y valentía.
Sé que por las leyes de
la vida siempre no te tendré cerca
Pero tranquila mamá,
dejas la herencia de tu fuerza.
En los puntos suspensivos va: Las madres
ResponderEliminar