Si la pasión
está en tu vida y va la vida y te da un hijo,
Aquel que
tenga esa fortuna puede sentirse bendecido.
Porque un
hijo es la bondad, porque un hijo es la verdad
Y a lo demás
quita sentido.
Son la
bandera de la patria de su hogar,
Sus emociones
te retumban en el pecho,
Sus alegrías
son la causa y el motor de tu universo.
Por eso
entiendo que se pueda enloquecer
Y que sería
un infierno no llegarlo a conocer.
Por un
canalla que inventara una patraña pá robártelo al nacer.
Al salid de
sus entrañas todo estaba decidío,
Que la
hembra que en sus brazos iba a llevarse aquel niño
No es la que
había parío.
A la que le
dio la vida le decían “Lo sentimos,
Al final
hubo problemas y su bebé no ha podío, se fue como un angelito”.
No puede
llamarse madre la hembra que roba
A otra madre
su sueño.
No puede
llamarse padre al hombre que a un hijo
Compró con
dinero.
Quién paga
los sueños rotos, los besos robados,
El abrazo
perdido.
Quién paga a
esos padres que vieron el nicho de un hijo
Y que allí
mismo en vida murieron
Viendo que
estaba, viendo que estaba vacío.
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