Hubo un tiempo en que
creía, y no estaba equivocado, que este mundo cambiaría y mira si el mundo ha
cambiado.
Hubo un tiempo en que soñaba la revolución del pueblo, pero el pueblo no ha hecho nada y lo han hecho los gobiernos.
Han creado un mundo ciego, comformista y solidario, y ni antes eramos tan hippies, ni ahora somos lo contrario.
Han querido convencernos con falsas comodidades, yo me cago en los gobiernos, y en su puñetera madre.
Cada vez más policías, cada vez leyes más duras, ni se presta, ni se fía, ni se bebe, ni se fuma.
Pero callan a la gente con mundiales y otros cuentos, y en los telediarios mienten, hasta los hombres del tiempo.
Y los jóvenes hoy día, cuando cumplen 20 años, prefieren las cofradías a los camping de los caños.
Han perdido la esperanza, han perdido los cojones, y ya no salen de su casa más que pa los botellones.
Ya ni obreros ni estudiantes andan unidos luchando, los políticos lo saben y por eso siguen vacilando.
Si tantos millones de paraos no los ponen contra las cuerdas, esta historia se ha acabao, y que se vaya el mundo a la mierda.
Esperanza tengo poca, pero al menos me he zampao, y con esta chirigota, ¡Qué agustito me he quedao!
Pero antes de marcharnos tenemos que despedirnos, porque si sigue Juan Carlos, no volveremos los mismos
Hubo un tiempo en que soñaba la revolución del pueblo, pero el pueblo no ha hecho nada y lo han hecho los gobiernos.
Han creado un mundo ciego, comformista y solidario, y ni antes eramos tan hippies, ni ahora somos lo contrario.
Han querido convencernos con falsas comodidades, yo me cago en los gobiernos, y en su puñetera madre.
Cada vez más policías, cada vez leyes más duras, ni se presta, ni se fía, ni se bebe, ni se fuma.
Pero callan a la gente con mundiales y otros cuentos, y en los telediarios mienten, hasta los hombres del tiempo.
Y los jóvenes hoy día, cuando cumplen 20 años, prefieren las cofradías a los camping de los caños.
Han perdido la esperanza, han perdido los cojones, y ya no salen de su casa más que pa los botellones.
Ya ni obreros ni estudiantes andan unidos luchando, los políticos lo saben y por eso siguen vacilando.
Si tantos millones de paraos no los ponen contra las cuerdas, esta historia se ha acabao, y que se vaya el mundo a la mierda.
Esperanza tengo poca, pero al menos me he zampao, y con esta chirigota, ¡Qué agustito me he quedao!
Pero antes de marcharnos tenemos que despedirnos, porque si sigue Juan Carlos, no volveremos los mismos
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